martes, mayo 09, 2006

Encuentro

Casiopea entristecida fue a comer un plato de arroz y un guisado de pollo. Le dolía un poco el corazón, el entendimiento se le detuvo momentáneamente y se sintió arrollada por la inmensidad de los desencuentros humanos... entonces le dijo al hombre que le había servido la comida que mejor se iba, pues la melancolía la había atrapado también en ese sitio.

Entonces el hombre la miró. Y su mirada era la cálida expresión de un alma humana. Compartió dos o tres historias con ella y la hizo sentir mucho mejor. Casiopea recordó entonces lo importante que es compartir nuestras soledades y sobre todo, aprender que prácticamente en cualquier circunstancia puede uno conectar con alguien más. Chido, no?