viernes, octubre 14, 2005

Cadáver exquisito

Según el método de Bertol Bretch:

Casiopea enloqueciendo, enloquecida, irremediablemente enloquecida, busca depósito de Prozac para ajustar todas sus cuentas con Elly Lilly, muñecas que solían acompañar su infancia llena de primos piratas que han logrado establecer negocio de venta de estupefacientes y camisas Zara de fayuca en Tepito, el barrio bravo de donde salió Cuauthemoc Blanco, ese hombre jorobado pero no el de Notre Dame de París ni tampoco de Montreal donde sucedió la catástrofe más grande del historial amoroso del muchacho con los ojos azules, tan azules como el mar de Tampico pero no de Madero porque ambos pueblos están peleados y divididos por una línea imaginaria, igual que las mitades izquierda y derecha de mi cerebro lo cual explica porque no entiendo nada de nada en este tiempo...